Escribir



                         Escribir

                                                                                            

Estas pocas líneas son para reafirmarse en la voluntad de escribir cada día alguna cosa, aunque sea breve. Si de verdad se tiene vocación de escritor, lo primero que hay que hacer es confirmárselo uno con decisión, sin tapujos y sin miedos, de tal modo que se empiece esta dedicación con una actitud positiva y decididamente resuelta.
Suele tropezar uno con la dificultad de no saber sobre qué escribir. Pues bien, no es que sea fácil ni difícil, es cuestión de ponerse de una forma decidida a pensar. Enseguida te vendrán mil ideas, mil pensamientos que puedes ir desmenuzándolos e ir hilvanando uno con otro y plasmarlos en un papel de la manera más sencilla y comprensible para el mayor número de posibles lectores.
Recuerdo una entrevista en televisión, hecha por la periodista Mercedes Milá a nuestro recordado Camilo José Cela. En ella le repreguntaba al prolífico literato qué es lo que hacía falta para ser un buen escritor, a lo que Cela respondió: “Escribir es muy sencillo; sólo se trata de tener algo que contar y ponerse a contarlo poniendo una palabra detrás de otra, procurando decir las menos tonterías posibles”. La respuesta fue redonda, no se calentó mucho la cabeza el gallego, creo que acertó de plano.
Un pensamiento puede ser más o menos importante en primera instancia, calificando la importancia del mismo como el grado de implicación o afectación que puede tener para la mayor parte de la sociedad en donde vivimos. Y aquí hay que hacer una importante distinción: no necesariamente la exposición de un pensamiento o una idea, que podemos considerar importante, puede llegar a ser interesante. Interesante resulta si hemos sabido exponerla con soltura, lo suficientemente clara, además de concisa, aunque adornada con ricos matices; sin olvidar un punto distendido, incluso el pequeño o gran toque de humor que revele el talante desenfadado y positivo del autor, Estos factores ayudarán a darle amenidad y fluidez al texto, además de servir como instigadores de la propia motivación para continuar en la labor. Si ponemos en práctica esta objeción podemos conseguir que un pensamiento o una idea por nimio que parezca, y realmente lo sea,  pueda llegar a ser enormemente interesante para los lectores, simple y llanamente porque el texto se presta a ello por su belleza y facilidad de compresión  a ser leído y releído con avidez y fruición.

Especialmente importante resulta analizar con espíritu crítico los textos de otros escritores, sean o no destacados, nos gusten o no, sin caer en el error de imitar o adaptarse a su estilo, aunque sí tomando buena nota de la pericia más o menos acertada de la que suelen hacer gala para transmitir sus pensamientos. En el caso de Cela (ya que ha salido a la palestra) he de decir que, aun admitiendo la favorable aceptación popular de su extensa obra, no he logrado llegar hasta el final con ninguno de sus libros; no me gusta su estilo. En realidad son muchos los autores que no me gustan, y procuro leer a todos los que puedo. Soy de los que hacen bueno el refrán de “Amigos y libros pocos y buenos”. Pero mi gusto no es un dato objetivo para calificar a un escritor,  “sobre gustos no hay nada escrito”  Un escritor es un creador, al igual que el que crea con los pinceles o en el pentagrama. El resultado de esta creación puede ser más o menos agradable o exitoso, pero no cabe la menor duda de que el autor ha puesto todo su esfuerzo y su mejor hacer, y eso merece un gran respeto.

Cada cual tiene su estilo, propio e intransferible, éste es el reflejo de la personalidad creativa, que debemos ir perfilando y cultivando constantemente, enriqueciéndola y desarrollándola.
Una vez dichas estas cuatro directrices, que no pretenden ni mucho menos sentar cátedra, tomemos la decidida determinación de escribir todos los días un poco, o un mucho, pero todos los días. No hay dificultad en escribir mientras tengamos un hálito de vida y físicamente podamos, puesto que si el escribir está basado en expresar pensamientos, el cerebro siempre está en activo incluso durmiendo.
Hasta mañana



Manuel Almagro Chinchilla   


Manuel Almagro Chinchilla

1 comentario:

  1. Amigo Manolo:
    Por fin te has decidido a activar tu Blog con los artículos a los que nos tenías acostumbrados, no sólo en él, sino también en la prensa.
    Pues ánimo, a cumplir lo que te has propuesto y bienvenido de nuevo.
    Un saludo.

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