Interés Político



Por interés político

A tres meses vista de las elecciones municipales, los partidos políticos adaptan sus actuaciones a las nuevas circunstancias de la vida social ubetense. Incluso aparecen nuevos partidos, con el consiguiente aumento de la rivalidad que, en buena lid, reclaman parte del pastel que en el próximo mayo se va a repartir en el Palacio de Las Cadenas. Mientras, el partido gobernante del Psoe, busca repetir la mayoría minoritaria para hacerse nuevamente con la alcaldía. Lo tienen difícil los socialistas, si extrapolamos a Úbeda el valor que le dan las encuestas a nivel nacional y autonómico, donde se espera un auténtico batacazo. “Todo se pega menos la hermosura”, dice el refrán, y los añicos del descalabro socialista pueden salpicar hasta lo más alto de los últimos cerros de la Ciudad de los mismos, si no es que le coge de lleno. Debe ser por eso que el Psoe ubetense echa toda la carne en el asador y se afana en estos tres meses en lavar la imagen negativa que han ocasionado los enormes baches en el medio urbano ubetense, en una calle sí y en la otra también, echando apresuradamente un asfalto del que, por su textura, me gustaría conocer la fecha de caducidad. A buena hora, mangas verdes, cuando la mayoría de la flota de vehículos ubetenses y de la foránea, ha quedado afectada por semejante desaguisado.

Todo eso demuestra un desmesurado interés político, sólo interés político, más que un interés por el bien de los ciudadanos, lo que sin duda quedará reflejado en el recuento de votos en las próximas elecciones municipales. En cualquier caso bienvenido sea lo bueno y bien halladas las obras de asfaltado; pero como “donde no hay harina todo es mohína”, o dicho de otro modo: donde no hay sentido común impera la chapuza, los señores políticos, o mejor, los señores urbanistas, que son los que saben (se supone), siguen teniendo una asignatura pendiente: la evacuación del agua de lluvia de las calles, porque deben saber, y si no lo saben yo se lo digo, que es difícil encontrar una calle con sumidero; y si lo tiene, está cegado. Hay muchas personas que aún tenemos la vieja “manía” de ir andando a muchos sitios, otras son amas y amos de casa que van a comprar con sus carritos, otras tienen algún impedimento físico, y todas tenemos la imperiosa necesidad de ir caminando, incluso lloviendo. Porque, en contra de lo que se vaticinaba en el Cambio Climático, ahora llueve más que antes. Es una auténtica odisea usar la vía pública, entre ríos de agua en la calzada y coches aparcados en las aceras. Mientras, nuestros “eficientes” políticos y más que “competentes” urbanistas, se devanan la mollera, en confortables despachos, proyectando la próxima vía pública a urbanizar. Una chapuza más para engrosar su abultado currículum. Difícil disculpa tiene, según qué casos, aducir que se trata de calles con un urbanismo antiguo, pero lo que no tiene ninguna disculpa es que las nuevas obras de urbanización tengan un desagüe insuficiente. Ya lo decía Machado. “Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien, importa más que el hacerlas”

Manuel Almagro Chinchilla

Navidades y Novedades (2011)

Leído en radio Úbeda el día 17 de enero de 2011

Las últimas pavesas de las hogueras de san Antón de anoche aún pululan por nuestro cielo y ponen punto final a la Pascua de Navidad y Año Nuevo. Entramos de lleno en la cotidianeidad de la vida activa, saboreando de buen, o de mal, grado las novedades con las que vamos a disfrutar o a padecer en el nuevo año. Así, me gustaría resaltar como acontecimiento histórico, por el éxito urbanístico, la operación llevada a cabo en la calle Nueva. Ya era hora. Con toda sinceridad mis felicitaciones a los autores. Se ha conseguido lo que estaba previsto y lo que siempre se había vaticinado: convertir a la calle Nueva en un extenso escaparate del comercio ubetense, espacioso acogedor, dinámico y sin coches… Atención a las autoridades responsables de turno, vayan previendo y proveyéndose de carpas adecuadas, aerodinámicas y a tono con el nuevo escenario creado, para paliar los efectos de un sol de justicia que cae a plomo en las largas tardes de verano.
Pero como toda innovación tiene detractores, no falta quien en este caso. Lástima que aún no haya calado en gran parte de los propietarios de los establecimientos (los más antiguos, los más reacios) la conveniencia de abrir los sábados por la tarde. Siempre se ha dicho, y en el mundillo del comercio más: “renovarse o morir”. Úbeda, por sus características, debe apostar por el comercio de fin de semana. La hostelería así lo ha entendido desde hace mucho tiempo, porque no tendría sentido y a ningún responsable de restaurante se le ocurriría la locura de cerrar el fin de semana.

En este mismo sentido quiero enlazar con la nueva ley Antitabaco, que también ha tenido su repercusión en la ciudad de la Loma, donde sus detractores pronostican una hecatombe de la economía de los bares por falta de clientes. Nada más lejos de la realidad, estadísticamente comprobado en países de nuestro entorno: la clientela aumentará puesto que hay más gente que no fuma que la que lo hace. Sólo falta descubrir y concienciarse de que es cierto, y no un sueño largamente acariciado, que en los bares no se fuma y que puede entrar todo el mundo, hasta los niños de pecho. Pero para eso hace falta tiempo.

Manuel Almagro Chinchilla