Navidades y Novedades (2011)

Leído en radio Úbeda el día 17 de enero de 2011

Las últimas pavesas de las hogueras de san Antón de anoche aún pululan por nuestro cielo y ponen punto final a la Pascua de Navidad y Año Nuevo. Entramos de lleno en la cotidianeidad de la vida activa, saboreando de buen, o de mal, grado las novedades con las que vamos a disfrutar o a padecer en el nuevo año. Así, me gustaría resaltar como acontecimiento histórico, por el éxito urbanístico, la operación llevada a cabo en la calle Nueva. Ya era hora. Con toda sinceridad mis felicitaciones a los autores. Se ha conseguido lo que estaba previsto y lo que siempre se había vaticinado: convertir a la calle Nueva en un extenso escaparate del comercio ubetense, espacioso acogedor, dinámico y sin coches… Atención a las autoridades responsables de turno, vayan previendo y proveyéndose de carpas adecuadas, aerodinámicas y a tono con el nuevo escenario creado, para paliar los efectos de un sol de justicia que cae a plomo en las largas tardes de verano.
Pero como toda innovación tiene detractores, no falta quien en este caso. Lástima que aún no haya calado en gran parte de los propietarios de los establecimientos (los más antiguos, los más reacios) la conveniencia de abrir los sábados por la tarde. Siempre se ha dicho, y en el mundillo del comercio más: “renovarse o morir”. Úbeda, por sus características, debe apostar por el comercio de fin de semana. La hostelería así lo ha entendido desde hace mucho tiempo, porque no tendría sentido y a ningún responsable de restaurante se le ocurriría la locura de cerrar el fin de semana.

En este mismo sentido quiero enlazar con la nueva ley Antitabaco, que también ha tenido su repercusión en la ciudad de la Loma, donde sus detractores pronostican una hecatombe de la economía de los bares por falta de clientes. Nada más lejos de la realidad, estadísticamente comprobado en países de nuestro entorno: la clientela aumentará puesto que hay más gente que no fuma que la que lo hace. Sólo falta descubrir y concienciarse de que es cierto, y no un sueño largamente acariciado, que en los bares no se fuma y que puede entrar todo el mundo, hasta los niños de pecho. Pero para eso hace falta tiempo.

Manuel Almagro Chinchilla

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