En más de una ocasión hemos oído decir que “el sentido común es el menos común de los
sentidos”. La mencionada sentencia no deja de ser una paradoja, y quiero
creer que se dice como metáfora, aunque venga avalada por algunos psicólogos,
sociólogos y otros estudiosos de la psique y del comportamiento humano.
¿Que la sensatez escasea demasiadas veces? no es
cosa rara y así se explica el trabajo que nos cuesta llegar a un acuerdo
razonado con algunos de nuestros próximos y próximas, dando lugar a una relación
que, por repetitiva, terminamos considerando normal, si es que puede considerarse “normal” la bronca diaria con determinados sujetos.
Y ahora vamos al asunto que hoy me ha traído aquí: Hay locales
comerciales, en esta querida Úbeda de mis entretelas, lindando con calzada de
Zona Azul, que tienen colocado en la puerta de entrada al público, y en lugar
preferente para hacerlo bien visible, un llamativo cartel advirtiendo que “no se facilita cambio para el aparcamiento”.
El cartel repele a cualquier lector, incluso para
aquella persona que no pretenda obtener cambio, y da una pésima imagen del negocio.
En estos tiempos de crisis, más acusada en el comercio donde se cierran locales
todos los días, supone una falta de tacto, una desconsideración y una ausencia de sentido
común inconmensurables. Alguien que quiera entrar en un comercio, es una
bendición del cielo y merece recibir el pequeño agasajo de darle las gracias,
por lo menos. Aunque sólo sea por instinto egoísta comercial, porque ¿quién
puede asegurar que ese visitante no sería, o será, un futuro comprador, al que
se le ha negado la oportunidad de ver los productos que se exponen en el
interior y que se le ha invitado muy sutilmente, o más bien groseramente, a que
se vaya? Cada visitante, quiero subrayar, es un comprador en potencia.
Seguro que ese comerciante habrá hecho, y hará,
propaganda de sus productos a través de diversos medios de comunicación:
prensa, radio, televisión, buzoneo…. En cambio cierra la posibilidad de
promocionarse con la exposición que supone el propio negocio, acompañado de un
comportamiento amable y complaciente con el público.
Facilitar cambio para el aparcamiento debe formar parte
de la mercancía a vender y debe ser un producto más para satisfacer al público.
Hágase una prueba, pongan el cartel a la inversa: “Se facilita cambio para el aparcamiento”. Luego me cuentan el resultado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario